La sistematización de experiencias se proyecta como un ejercicio coherente, una práctica ‘esencial’ de Educación Popular, siempre y cuando sea “de verdad” una “sistematización de experiencias”. Se hace énfasis en que sea “de verdad”, porque es condición sine qua non que este “proceso de sistematización de experiencias” apunte a:
. Compartir nuestros aprendizajes con otras experiencias similares.
. Contribuir a la construcción teórica, partiendo de nuestra práctica.
. Mejorar nuestra propia práctica.
. Actoras/es y autoras/es de la experiencia a sistematizar son protagonistas del propio proceso.
Es decir, el proceso de sistematización debe contribuir sustancialmente a la transformación de la realidad en que vivimos, lo que implica su carácter político-ideológico y por ende, su vínculo con la esencia de la Educación Popular.
La manera más sencilla, breve y clara de definir la “sistematización de experiencias” consiste en afirmar que se trata de “una reflexión (auto-)crítica sobre la experiencia”. A pesar de que esta reflexión puede no ser “sistemática” y tampoco intencionada, la disposición a sacar las lecciones de nuestras experiencias cotidianas, incluso de las más triviales, constituye indudablemente el punto de partida de la sistematización.
Así, una de las formas fundamentales del aprendizaje, el tanteo y error ‘consciente’, descansa fundamentalmente en una actitud sistematizadora: ir descartando progresivamente componentes que resultan infructuosos, mientras se van reteniendo y perfeccionando los que parecen llevar al resultado esperado.
La actitud sistematizadora, esta disposición, o incluso, esta necesidad vital de identificar y consolidar los aprendizajes que nos deja la acumulación de saberes empíricos, constituye indudablemente un factor fundamental en la evolución cultural de toda sociedad.
Aunque ni la sistematización de experiencias, ni la Educación Popular, en todas sus expresiones, pueden considerarse como procesos espontáneos o intuitivos, esto no implica que la espontaneidad y la intuición no podrían ser fuentes importantes para visualizar insumos en el desarrollo de la experiencia. Sin embargo, en cuanto a metodología, la sistematicidad pretendida es importante en todo proceso de Educación Popular y por consiguiente, también en la ‘sistematización de experiencias’.